Te llamé un día que tu no estabas y pasó un mundo mientras colgaba.
Esperando el porvenir de una sonrisa en tu cara
y que el vaivén de tu vida te mantuviera orientada.
Que la luz que tu desprendes marque el paso de las nubes
que nublan en tu camino y así no te pare nada.
Que la guerra en tu mirada sea en pro de tus virtudes,
que hagas del amor un verso y pueda llamarte un lunes.
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